Esta campaña le permite a ilolay involucrarse nuevamente con ellos, particularmente con los fanáticos del queso rallado y sus emociones más fuertes a través de un personaje que entiende bien lo que el queso rallado les genera. La escucha activa en redes les delimitó un territorio de comunicación ligado al exceso y las pasiones extremas en torno al producto.
"Eso nos permitió movernos en el territorio encontrado de manera legítima", comenta Ignacio Gallino, Director de Planeamiento Estratégico de la agencia. Amplificaron la acción a través de un test en las redes, la participación de influencers, el ralladólogo se adueñó de las redes del ilolay y también se organizó un mundial para rallados del queso, premiando esas historias "ralladas". El mensaje llegó a los consumidores de una manera disruptiva para la categoría, hablando un mismo idioma.