Cuando el cliente llegó a la concesionaria para retirarla, el representante de Ford lo recibió y comenzó con los detalles de la operación, se escuchó el ruido de un helicóptero aterrizando en el playón de la agencia mientras los vecinos, sorprendidos por el acontecimiento, se acercaban a ver qué era lo que estaba ocurriendo. Cuando finalmente detuvo su marcha, el representante de Ford le entregó la llave de la Bronco al nuevo dueño y lo acompañó afuera para invitarlo a subir a la aeronave. Luego de unos minutos de viaje, aterrizaron en medio de un descampado todo embarrado y ahí fue donde el cliente de Ford vio su Bronco por primera vez. Se bajó sorprendido, puso en marcha su nueva adquisición mientras el helicóptero se alejaba.