Pablo Gil y una mirada sobre aspectos legales y regulatorios de la industria publicitaria

En la jornada dedicaron un capítulo especial en el nuevo Decreto de Lealtad Comercial y su impacto en la actividad publicitaria. La exposición de Pablo Gil estuvo orientada en mostrar desde la óptica de la agencia, y desde en especial del creativo, aspectos legales y regulatorios de la industria publicitaria.

Una de las principales miradas estuvo centrada en el desconocimiento minucioso del marco regulatorio, disposiciones legales y autorregulaciones del propio mercado. El día a día de la agencia y la búsqueda de ideas creativas que generen impacto y resultados llevan a los profesionales a ir al límite en aspecto de comunicación.

En tal sentido consideró necesario y fundamental que los que todos los involucrados, agencia y anunciantes, se comprometan éticamente a respetar los derechos del consumidor como así también la lealtad comercial.

Entre los temas expuestos se habló sobre problemáticas comunes de la actualidad como derechos de autor, uso de imagen, publicidad engañosa y especialmente sobre las campañas comparativas que el Código Civil actual permite realizar.

Pero también se habló sobre los nuevos desafíos apalancados por la evolución de la tecnología y la aparición de múltiples plataformas de comunicación. De esta manera se puso una especial mirada sobre los influenciadores, el uso de datos y en la utilización de trolls para desprestigiar marcas.

Un tema que no quedó afuera fue la discriminación y denigración, tema que hoy las empresas deben poner especial atención en lo que dicen, cómo lo dicen y a quién se lo dicen. Estigmatización, igualdad de género y la construcción de estereotipos, como todos saben, están en el centro de la conversación actual.

Para el creativo, espacios como estos, para transmitir conocimientos, tendencias y discutir problemáticas son fundamentales para el crecimiento y prestigio de la publicidad. Las normativas dan un marco de convivencia social muy importante para poder preservar a las personas, porque la necesidad de vender no puede estar por encima del bienestar físico y emocional de los consumidores.

Recordando, para finalizar, que la ética y los buenos valores deben estar por encima de todo. Cada comportamiento que no se sienta honesto y transparente en el mundo actual son penalizados, y quizás no por un tribunal, sino por la gente. Hoy en día, el consumidor con su poder en las redes es el que dicta sentencia.