PUBLICADO EL 04/06/2021

Martín Donozo de Ladoble: cómo se filmó “Degree Inclusive”

La productora tuvo el desafío de filmar el comercial de Rexona para Unilever y Wunderman Thompson sobre el primer desodorante del mundo para personas con capacidades diferentes

Entrevista

Portada de Martín Donozo de Ladoble: cómo se filmó “Degree Inclusive”

La dirección estuvo a cargo de Martin Donozo, para Ladoble, con quien conversamos acerca de esta experiencia.


¿Fue un desafío diferente realizar esta campaña?

Desde el minuto cero ya lo era. Porque una marca tan importante como Degree / Rexona lanzaba el primer desodorante pensado y diseñado para personas con discapacidades. No solo era un desafío, sino que implicaba una responsabilidad. Era el lanzamiento de un producto especial, lo íbamos a filmar en Argentina para el mundo y todos sentimos ese desafío.

¿Cómo encararon la propuesta?

Cuando llegan proyectos que se basan en buenas ideas desde la base todo es una revolución en la cabeza. Desde las ganas de hacerla, hasta pensar sin parar cómo hacer para que crezca lo más que se pueda. Lo primero que pensé fue que esto era diferente a todo lo que había hecho anteriormente. Y lo segundo fue que todo se iba a basar en los personajes, más allá de lo estético o técnico. Todo se basaba en las personas reales con discapacidades a las que íbamos a tener que filmar. Hablamos con José Arnal y Adrián Aspani de Ladoble, para hacerla de la mejor manera posible; y, en todo momento, tanto ellos, como Agustín y Marco, productores del proyecto luego, me apoyaron y se motivaron mucho con la idea de poder realizar un proyecto así.


¿Qué tuviste en cuenta a la hora de trabajar con personas con capacidades diferentes?

Había muchas maneras de realizar la campaña y se optó por tener dos comerciales con dos protagonistas distintos, con capacidades diferentes uno del otro. El proceso del casting ya fue fuerte de por sí. Primero al ver los videos que iban llegando, uno tras otro, eran un ejemplo de superación. Fuimos entendiendo y sacándonos prejuicios de la cabeza que traemos respecto a que las personas con discapacidad no van a poder hacer tal cosa o tal otra. Sin embargo, no solo las hacen, sino que las hacen con una pasión y una entrega que te emociona. Cuando fuimos haciendo callbacks y viendo a las personas en vivo, todo fue (al contrario de lo que uno podría pensar) muchísimo más fácil. Fue un proceso muy natural y fluido. Con las personas que vimos en los castings y no quedaron para las dos historias todo fue buenísimo, tanto como con María y Nicolás, los protagonistas.

¿Y el proceso de filmación?

Nos juntamos con cada uno de ellos antes de filmar, planificamos, vimos sus movimientos, hablamos de la vida. Por supuesto, que ni María ni Nicolás son actores. Entonces, primero les expliqué lo que íbamos a hacer y cómo íbamos a hacerlo. Ambos hacen sus actividades todo el tiempo y yo solo tenía que pensar la mejor manera posible de retratarlos, estando ahí con ellos. La filmación con Nicolás fue más esquemática, con puestas más armadas y segmentadas en momentos precisos. Él tiene tres peluquerías, además de practicar box, y decidimos incluir ese momento en su historia, porque es realmente impactante, pero, a la vez, muy natural verlo corta el pelo. Sin embargo, con María el proceso fue otro. Al ser ciega (ella me aclaró muchas veces que no es no vidente, sino que es ciega) pensé en dejarla improvisar más sus movimientos y que fluya en su andar. Para filmarla planificamos hacerlo con el camarógrafo montado en sus rollers y fluyendo con ella. Teníamos a su coach hablándole todo el tiempo y a los parlantes que le marcaban con el sonido las dimensiones de la pista. Ambos días fueron de un nivel de inspiración muy elevados para todos los que estuvimos presentes y por Zoom. Se sentía esa energía hermosa en el set que a veces sucede, muy de vez en cuando, pero sucede de que estábamos haciendo algo distinto.

¿Cómo fue el proceso creativo junto a la agencia?

Es un proyecto que se gestó desde Argentina y desde acá salió hacia el mundo. Fue muy nutriente e interesante el proceso creativo, ya que todo lo veíamos y pensábamos en conjunto con Natalia Benincasa, CCO de WT Argentina y su equipo. Días, noches, fines de semana, un Whatsapp constantemente colapsado; y eso fue buenísimo, porque no existía el “¿qué pensara la agencia?” Fue todo el tiempo un trabajo en equipo, tirando para el mismo lado, juntos. Y, a la vez, las presentaciones de las ideas y avances los veíamos y analizábamos también junto con Dani y Patán, CCO regionales, y Bas Korsten, CCO global. A ello también se le sumaba la presencia de Christina Mallon, Global Head of Inclusive design de WT.

¿Y con la empresa?

En todo momento fue un muy buen proceso, con muchas instancias que se fueron sucediendo de manera organizada y muy positiva. Trabajamos triangulando vía Londres, Nueva York y Buenos Aires, con lo que eso implica en la diferencia horaria, pero la verdad es que todo fluyó perfectamente. No había trabajado antes con la empresa y tocó empezar con un proyecto global y de esta envergadura.

¿Cómo fue la repercusión?

Si bien sabía que por la idea y por el hecho de sacar el primer desodorante inclusivo del mundo, iba a tener repercusión, no imaginé que iba a ser tanto como fue y sigue siendo. Salió en medios de todo el mundo en un periodo muy corto de tiempo y fue toda una revolución el minuto a minuto en que iban llegando los links de las notas y repercusiones, más los comentarios de colegas y amigos de la industria. Nosotros desde Ladoble estamos realmente felices de haber podido contribuir para que este proyecto sea lo que es.


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