Andrea viajará el próximo 30 de mayo, unos días antes de que comience el festival porque fue invitada por los organizadores para ocupar la Silla Silenciosa durante el juzgamiento: va a estar presente mientras los creativos más prestigiosos de Iberoamérica deciden qué piezas se llevan los premios de cada categoría.
El viaje a este festival es un premio que la Escuelita le otorga desde hace 9 años al mejor alumno de la carrera. Se anuncia cada año durante la entrega de diplomas y es un reconocimiento al mérito, la perseverancia y el talento del estudiante durante los tres años de cursada.
“El caso de Andrea es muy especial para nosotros, porque ella venía de tener el mejor promedio durante todo su paso por la Escuelita. En primer año ganó beca para segundo. En segundo, para tercero. A mitad de carrera ganó además junto a dos compañeras el Grand Prix del Tríptico 2014, un Sol en FIAP y los Premios Obrar 2015. Cuando en diciembre del año pasado, nos pusimos a sacar el mejor promedio de todos los alumnos que se recibían, y resultó ella nuevamente la primera en la lista todos, compañeros y docentes, lo vivimos con mucha alegría”.