Por suerte en nuestra industria se siguen generando piezas inspiradoras; las hay en todos los formatos y de todos los lugares del mundo. Son muchas las ejecuciones de las que uno se puede llegar a inspirar. Son las que apenas nos las cruzamos sabemos que van a terminar siendo reconocidas en los festivales. Tal vez no siempre coincidamos con el color de los metales que se lleve una u otra, pero en la foto completa cada premiación expone un gran caudal de ideas que se destacan, que nos sorprenden, que marcan un norte.
Más allá de estas ideas, que seguramente todos las tenemos vistas, me resulta más inspirador la construcción comunicacional de las marcas que las ejecuciones sueltas, sin quitarles ningún mérito, porque lo tienen y mucho. Esas marcas atrevidas, audaces, que tienen coraje y que son consecuentes en su discurso a lo largo de los años porque tienen la convicción de que, para realmente generar impacto, no pueden escaparse de lo novedoso, lo original, lo diferente. Marcas que no se apartan de su discurso, de su propuesta, de sus convicciones, que tienen un tono, un propósito y una personalidad bien marcados y que nunca pierden la frescura, que son actuales sin importar lo históricas que sean.
Si bien hay muchísimas marcas de las que nos podemos inspirar, en esta línea destaco el trabajo que vienen haciendo Burger King y Heinz Ketchup; dos marcas que se animan y que no por nada se ganaron un lugar en la mesa de las marcas icónicas.
