Fuente: Imagen trabajada en DALL-E
Los tableros siempre fueron buenos para una cosa: mostrar números rápidamente. Pero, en este último tiempo, me di cuenta de que los usamos de manera incorrecta, pretendiendo que hagan todo por nosotros.
Chief Data Officer en RAPP Argentina
Fuente: Imagen trabajada en DALL-E
Los tableros siempre fueron buenos para una cosa: mostrar números rápidamente. Pero, en este último tiempo, me di cuenta de que los usamos de manera incorrecta, pretendiendo que hagan todo por nosotros.
Buscamos que optimicen, entreguen aprendizajes, definan la estrategia, muestren absolutamente todas las métricas y KPI, que sean utilizados por los equipos internos, de Marketing, de Retail, que cubran el mercado local, regional o América latina, que integren áreas y que mejoren el rendimiento, entre muchas otras cosas.
Se les pide mucho sin detenernos a pensar en ningún momento el proceso que hay detrás: ¿qué información necesita el equipo de data para hacerlo bien? Después de varias charlas, idas y vueltas, me animo a bajar algunos pensamientos:
La finalidad de los tableros es sin dudas darnos certezas y agilizar la mirada, pero nace desde las buenas preguntas.
Como en todos los ámbitos, la narrativa que construimos no depende solo de nuestra creatividad, sino, sobre todo, de las preguntas que nos hacemos y formulamos antes, durante y después de cualquier proyecto.
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