Tal como reportó Deloitte, con los ajustes económicos, el consumo masivo acumuló una caída de hasta un 5%. Sin embargo, el e-commerce sigue siendo la excepción. La facturación en Argentina en 2016 creció un 51% respecto a 2015, y en 2017 un 52% respecto a 2016, finalizando 2017 con una facturación de $156.300 millones.
El comercio electrónico en Argentina representa alrededor del 2% de las ventas minoristas totales, cuando en países desarrollados supera el 5%. Las principales barreras son:
- El volumen de adultos bancarizados sigue siendo bajo, por lo que el pago con tarjetas de crédito no es tan usual y se han tenido que ofrecer diferentes formas de pago en efectivo.
- La desconfianza. Si bien el usuario tiene disponible cada vez más información que le brinde seguridad en sus compras como las reseñas de otros usuarios o vías de comunicación rápidas como Whatsapp y Facebook; aún es una limitante porque los compradores no confían plenamente en las tiendas online como guardianes de la privacidad de sus datos.
- Prevalece el Omnicommerce, es decir, revisar productos en internet y comprar en la tienda física y/o viceversa.
Dentro de Latinoamérica, Argentina es uno de los países con mayor tradición en comercio electrónico. Según se desprende del estudio anual de la CACE, 9 de cada 10 adultos argentinos conectados a internet compró online alguna vez, el 50% compró alguna vez en los últimos 6 meses.