PUBLICADO EL 29/05/2020

Economía de la empatía que sirve, por Ranjiv Ramgolam

Por Ranjiv Ramgolam, CEO de Ogilvy Miami

Opinión

Portada de Economía de la empatía que sirve, por Ranjiv Ramgolam

Estamos viviendo uno de los momentos más desafiantes de la humanidad. Momento en el que hemos tenido que cambiar cómo vivimos, cómo compramos, cómo abrazamos y hasta cómo comemos. Si bien hemos vivido cambios drásticos, estoy seguro de que nuestra resiliencia humana nos va a llevar adelante para superar cualquier desafío que enfrentaremos en lo que sigue. Hay una corriente de pensamiento que cree que la mejor forma de salir de una crisis es con la economía de la empatía. Esta es la que pone al otro antes que uno, para acelerar acciones que ayudan a que todos enfrentemos esta realidad que vivimos actualmente. Creo que la economía de la empatía no solo ayuda en momentos de crisis, sino que nos puede ayudar a navegar cómo viviremos de acá en adelante.

Digo que la economía de la empatía no es una reacción exclusiva a este momento porque, si miramos los desarrollos sociales de las últimas dos o tres décadas, vemos que la polarización social se está agrandando a pasos agigantados. La polarización es fundamentalmente política, divide a las personas más que unirlas. Esa polarización se refleja en inequidad social, económica y emocional. Si bien no tengo la solución para todos estos problemas fundamentales de nuestra sociedad, creo que en una crisis ocurren revalorizaciones inmediatas de las cosas que nos importan. Son estos momentos de ansiedad por lo que viene, los que nos hacen volver a nuestra empatía innata, la cual es esencial para superar cualquier desafío desde el poder colectivo.

Somos animales de empatía. A través de la historia se ha demostrado que todos los desafíos, enfrentados con empatía, pueden ser superados. Digo esto sin ser un eterno idealista. La economía de la empatía nos puede ayudar a ser realmente más equitativos y menos egoístas. ¿Por qué hay que pensar en hacer buenos actos cuando las cosas están mal solamente? ¿No podríamos pensar en el otro siempre? Si aplicáramos la economía de la empatía a los desafíos del mundo natural, probablemente podríamos reducir los problemas ambientales que enfrentamos globalmente.

Pensando en los futuros desafíos de nuestra industria, vemos el impacto inmediato de la economía de la empatía. Al comienzo de esta crisis sanitaria se vieron muchas marcas haciendo empatía superficial, que son como abrazos genéricos para todos, pero algunas lograron sobresalir por sus acciones auténticas y genuinas; entendieron cómo ser relevantes en la nueva economía de la empatía. A esta economía se le añade mucha utilidad para los consumidores, utilidad que ayuda a que sus productos lleguen más fácil, a entregar servicios digitales más rápido o a lograr transformar experiencias de servicios para poder dar tranquilidad a las personas. Para los que escuchan el tema de la transformación digital todos los días, esta crisis solo aceleró los proyectos de cosas que tenían que pasar. Telemedicina, trabajo desde casa, entre otros, son transformaciones que iban a pasar, solo que ahora se han acelerado. Estos son solamente dos ejemplos de la nueva economía de la empatía con utilidad para pacientes y para empleados.

Mirando hacia adelante, creo que esta crisis nos va a enseñar a tener mayor empatía por el otro, algo que nos ayudará a salir de este momento difícil más fuertes que antes. Lo más posible es que, de este gran desafío a nuestra humanidad, se dará lo que decía Raphael Bemporad: “Estamos viviendo un momento donde hacer lo que está bien y lo que está cool se están uniendo más que nunca”. Esa intersección entre lo que está bien y lo que nos gusta tiene que ser lograda por marcas que entiendan la economía de la empatía y que, sobre todo, sean útiles para las personas.


DossierNet

DossierNet al día

¡No te pierdas de nada! Recibí las noticias más importantes de publicidad en tu correo todos los días hábiles, a la mañana y al final del día.

Publicidad de Movistar