Sabemos que la pandemia aceleró el desarrollo de hábitos digitales, tales como comprar por internet y realizar cursos de capacitación 100% remotos. Dicho esto, ya no alcanza con que una marca tenga un carrito de compras online: tiene que contar con una estrategia D2C; esto es, “comercio electrónico directo al consumidor” e implica conjugar aspectos como flexibilidad, mayor control y una propuesta más valiosa para los clientes.
Si bien los retos de pasar del e-commerce al D2C pueden parecer enormes, las oportunidades de desarrollo también lo son, ya que una marca con una estrategia inteligente puede crecer sin límites. En tal sentido, se espera que las ventas de D2C solo en Estados Unidos alcancen los 151.200 millones de dólares en 2022, un aumento del 16,9 % con respecto al 2021, y existe una tendencia similar en toda Europa y Latinoamérica. Vale recordar que las ventas por internet en Argentina crecieron un 68% en 2021 respecto del 2020, según datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).