PUBLICADO EL 01/12/2022

Argentina es el segundo país con mayor polarización en la conversación digital, sólo detrás de Brasil

El nivel de polarización en Iberoamérica creció casi 40% en los últimos cinco años, según el informe de LLYC “The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público”

investigación

Portada de Argentina es el segundo país con mayor polarización en la conversación digital, sólo detrás de Brasil

Derechos Humanos es el tópico que más polariza a la sociedad; feminismo, el que más conversación genera y el aborto, aunque con menor volumen de conversación tras su aprobación en el Congreso, el que tiene las posiciones más distantes. Con la participación de psicólogos y neurocientíficos, el estudio de LLYC incluye una campaña audiovisual que demuestra las semejanzas entre los efectos del consumo de contenidos polarizantes y el de algunas drogas.

El nivel de polarización en Iberoamérica creció casi un 40% en los últimos cinco años y la Argentina es el segundo país con mayor “grieta” en las conversaciones digitales, sólo detrás de Brasil, según el informe de LLYC “The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público”. Cada año, se incrementa progresivamente la “adicción” a contenidos polarizantes y más personas participan de conversaciones polarizantes en redes sociales. Desde la llegada de la pandemia, el nivel de involucramiento o engagement en conversaciones polarizantes crece a niveles de 8% anual en Iberoamérica y hasta de 15% en Estados Unidos.

Utilizando técnicas de Big Data e Inteligencia Artificial, el informe de LLYC “The Hidden Drug” analiza la conversación de los últimos cinco años, procesando más de 600 millones de mensajes en redes sociales, recogidos entre septiembre de 2017 y agosto de 2022 en 12 países: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Estados Unidos, España, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana.


La campaña, desarrollada por LLYC junto con Más Democracia en colaboración con neurocientíficos, sociólogos, psicólogos y expertos en data, plantea una reflexión incómoda: compara la polarización con una droga común. El estudio y la campaña advierten de que esa polarización puede ser adictiva y provocar en el organismo -como algunas drogas- la activación de sustancias como dopamina o endorfinas, que a su vez activan los receptores opioides. Este efecto de contacto con la polarización provoca que, del mismo modo que la toma de decisiones bajo las drogas no sea la idónea, tampoco lo sea bajo los efectos de la polarización. Producida en colaboración con Petra Garmón, la campaña recoge, entre otros contenidos, el proceso de creación del THD (The hidden drug), que es esa “droga” que consumimos sin darnos cuenta al interactuar con contenidos polarizados y piezas explicativas. 

“Estamos lanzando esta campaña global porque nos preocupa mucho la normalización de este fenómeno. Nuestro propósito como compañía es generar confianza entre personas, instituciones, empresas y marcas, y la polarización genera el efecto contrario. Esta polarización impide encontrar consensos y puntos de encuentro entre las personas. Por eso tenemos la responsabilidad de crear esos espacios de conciliación, relajamiento y pausa para encontrar un camino de salida a esta situación”, destaca José Antonio Llorente, socio fundador y presidente de LLYC.

Para Mariano Sigman, neurocientífico y autor de “El poder de las palabras, “es difícil medir el riesgo exacto de una adicción; en algunos casos es bien conocido, pero en otros, como la polarización, no. Las grandes tragedias humanas y las matanzas resultan de momentos de incomprensión, de la exacerbación de este mecanismo mediante el cual un grupo no puede entender las ideas del otro. Ese no comprender hace que lo odie hasta tal extremo que decide que la única forma de resolverlo es matándolos a todos en una guerra. Este puede ser el verdadero riesgo de una droga como la polarización”.

Argentina es el segundo país con mayor polarización en la conversación digital, sólo después de Brasil. Derechos humanos es el tópico que más polariza a la sociedad; feminismo, el que más conversación genera y el aborto, aunque con menor volumen de conversación tras su aprobación en el Congreso, el que tiene las posiciones más distantes. Aborto y sindicatos son los temas que generan más polarización y más adicción en Argentina. Mientras tanto, racismo se encuentra en el polo opuesto, siendo el territorio menos controvertido de los analizados, con poco volumen y baja polarización.


A pesar de ser uno de los países más polarizados, la crisis económica iniciada en 2018 acapara la conversación y solo tres territorios aumentan su conversación polarizada en Argentina. Los casos de censura en TV y la ola de calor del Cono Sur hacen que libertad de expresión y cambio climático aumenten en un 44% y 130% respectivamente, siendo los territorios que más crecen. Por otra parte, aborto y feminismo se encuentran entre los territorios que más decrecen, ya que la polarización se ha reducido desde los primeros pasos legislativos para despenalizar el aborto en 2018.


La oposición domina la conversación social, en cualquier gobierno; se evidencia una superioridad progresista en las conversaciones con Macri en el poder y, a la inversa, una superioridad conservadora durante el gobierno de Fernández. En Argentina se verifica una tendencia similar a otros países: debido a la desafección política en las redes, suelen predominar los mensajes del signo opuesto al que está en el gobierno. Por ejemplo, hasta la campaña de las elecciones de 2019, había más mensajes provenientes de la izquierda o progresistas y, a partir de marzo de 2020, hay más mensajes provenientes de la derecha o conservadores.


El informe completo aquí. 


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