Miembro de una reconocida familia de publicistas, su abuelo fue el fundador de Yuste Publicidad, agencia que en 1988 se fusionó con Young & Rubicam. Pasó por agencias como Impiric, la ex Wunderman Cato Johnson, tuvo diversos roles en Wunderman y fue CEO de Y&R Chile hasta que en 2013 asumió como CEO de las operaciones de Y&R en Argentina, Chile y Uruguay. A modo de despedida, Juan Pablo Jurado y César Padilla lo recuerdan de esta manera.
Querido Enrique,
Me resulta difícil expresar con palabras la profunda tristeza que siento por tu partida tan repentina. Todavía recuerdo nuestra última comida juntos en diciembre, donde compartimos risas y sueños futuros. Tu entusiasmo por tus proyectos, especialmente el de Uruguay, era contagioso, y tu energía positiva siempre iluminaba cualquier habitación en la que estabas presente.
Durante muchos años, compartimos no solo el trabajo, sino también momentos de lucha y perseverancia en nombre de nuestros clientes. Los viajes, las reuniones regionales y globales nunca fueron lo mismo sin tu presencia. Siempre fuiste el alma de las comidas, el latinoamericano divertido que todos admirábamos y queríamos tener cerca.
Tu pasión por la publicidad era innegable, y se que heredaste ese amor de tu padre. Tus conocimientos, tu creatividad y tu habilidad para conectar con la gente fueron ejemplos a seguir para muchos de nosotros. Pero más allá de tus logros profesionales, eras una gran persona, generoso, amable y siempre dispuesto a ayudar a los demás.
Es difícil aceptar que te hayas ido tan pronto, con tantas cosas por hacer y disfrutar aún. Pero tengo la certeza de que nos volveremos a encontrar algún día, en algún lugar más allá de esta vida, donde podremos seguir hablando de publicidad y compartiendo momentos como lo hacíamos antes.
Gracias, Enrique, por tu amistad, por tu alegría y por todos los recuerdos inolvidables que dejaste en nuestras vidas. Te extrañaremos profundamente, pero siempre te llevaremos en nuestros corazones.
Hasta pronto, amigo. Con todo mi cariño,
Juan Pablo
Por su parte César Padilla lo despide así:
Se fue un optimista de la vida. Ser el hijo de uno de los apellidos más emblemáticos de la publicidad nunca fue una carga sino un orgullo, y marcaste tu propia huella…
Y cuán profunda la hiciste. Como hijo, hermano, marido, padre, abuelo, amigo, profesional, compañero, jefe…
Que envidia querido "Yuste" pasar por la vida como lo hiciste. Compartir tantos momentos de nuestra carrera profesional ha sido siempre un regalo que me dio la vida y no me cabe la menor duda que para todos los que te conocieron deben sentir hoy lo mismo. La peleaste como siempre hasta último momento, no me cabe la menor duda. Estés donde estés vas a llevar esa alegría que tanto te caracterizó y nos la vas a seguir derramando. Chau Pichón, te voy (vamos) a extrañar…
Chiche.
